ENTREVISTA
Verdeliss: «Yo entreno cuando el resto del mundo no me necesita»
Madre, influencer, empresaria y atleta de distancias extremas, campeona en todas sus facetas, Estefanía Unzu anda ahora de promoción del documental '777', que narra por dentro su último desafío salvaje, los siete maratones, en siete días, en siete continentes diferentes
Verdeliss se lanza a por un nuevo reto: la selección española
Atleta, influencer y empresaria: así es Estefanía Unzu Ripoll, más conocida como Verdeliss (Villaba, 39 años). Atiende a ABC a propósito del documental '777', que se emitirá en Movistar + desde el lunes 14 de abril, un recorrido hacia la victoria en su último desafío salvaje: correr siete maratones, en siete días, en siete continentes. La navarra saltó a la fama por narrar cómo era su vida junto a su familia de ocho hijos. Sin embargo, desde la pandemia su contenido ha girado totalmente hacia el atletismo. La pasión por correr no es nueva para Estefanía, sino que su familia le transmitió el amor por el deporte desde muy pequeña; su padre es entrenador de atletismo y su madre es jueza de atletismo y fue directiva de la Federación Navarra. Sin embargo, tras dejarlo aparcado desde los 18 años, decidió volver a correr en la pandemia, y no ha parado desde entonces.
Tras proclamarse campeona de España de los 100 kilómetros en su debut, completar el reto de 12 maratones en 12 meses, decidió embarcarse en el World Marathon Challenge, donde se proclamó campeona absoluta a sus 39 años. La deportista no para, y apenas un par de días después de haber sumado su 36ª maratón en Milán, ha sacado tiempo para la presentación de su documental antes de viajar a Venecia, donde intentará hacerse con un hueco en la selección española.
- ¿Cuál fue el momento más crítico del reto? ¿Alguna vez pensó que no podía más?
Sin duda, la última maratón de Miami. Allí sentí que dosifiqué mi fuerza al extremo. Ya era la séptima del reto, y yo, mentalmente, me preparé mucho y dije: voy a continuar, pero el cuerpo fue el que me dijo: para un poquito. Me quedé sin energía, sin fuelle. Logré remontar y acabar esa maratón, pero me encontré de frente con lo que supone la dureza de un reto así.
¿Cuál fue el continente o maratón que más marcó? El apoyo de la familia sería importante cuando sentía dificultades.
Madrid, Europa. Ya que mi familia estaba aquí esperándome, fue una maratón muy especial. Además, coincidió justo con el ecuador de todo este reto y, para mí, supuso una inyección de energía, mucho amor y ánimo. Fue exactamente lo que necesitaba: ese abrazo de mis seres queridos. Además, era un momento en el que me sentía muy dispersa. Llegas a un punto en el que no sabes ni cómo pasan los días, ni cuándo duermes. Es un salto tan grande respecto a tus rutinas que, por un instante, te hace volver a tu ecosistema.
¿Cómo compagina la exigencia de los retos deportivos con el trabajo y la familia?
Durmiendo menos. Yo entreno cuando el resto del mundo no me necesita: o antes de que salga el sol, o después de que se ponga. Porque con ocho hijos, una vez que nos hemos liado con los desayunos, hasta que no llega la noche necesito estar constantemente con ellos. Tienen extraescolares, la pediatra, las tareas, las cosas de casa... Luego, además, tengo dos trabajos. Intento dejar todo lo que es mi trabajo de oficina, de mi marca cosmética, para las mañanas, y por la tarde intento sacar adelantar todo lo que es contenido para redes sociales. Entonces, sobrevivir siendo madre… y el tiempo que me queda, es el que utilizo para entrenar. Sobre todo, escucho mucho mis sensaciones. Como mis días son tan irregulares, cuando noto que estoy muy cansada, duermo; y cuando noto que estoy más recuperada, me meto un entrenamiento cañero. No llevo una estructura regular.
A pesar de su amplia experiencia, los riesgos físicos de un reto tan extremo están ahí. ¿Cómo ha equilibrado el deseo de superarse con el cuidado de su salud?
En mi caso, creo que lo más importante ha sido la constancia. Al final, llevo dos años en los que he sido muy disciplinada con los entrenamientos, y en los que, poco a poco, he ido pidiéndole un poquito más a mi cuerpo, pero siempre de forma paulatina, según iba mejorando. Creo que mi secreto es no exigirme a un nivel que pueda suponer un riesgo para mí. Está la recomendación de no hacer más de dos o tres maratones al año, pero creo que eso depende muchísimo del ritmo al que quieras ir en esas maratones. Si quieres explotar todo tu potencial y correr lo más rápido que puedas, puede que sí sea así. Pero yo, en cada maratón, intento disfrutar, pasármelo bien, e intento ajustar la velocidad para que no suponga una merma en mi día a día y mis rutinas. Yo necesito seguir moviéndome igual, continuar con mi estilo de vida. Entonces, quizá es eso, no exigirme demasiado como para destrozar mi cuerpo en cada una de las maratones.
Con el boom del 'running' actual, ¿cree que cualquiera está capacitado para hacer un maratón?
Yo sí que creo que el mensaje que se está mandando sobre hacer deporte es buenísimo. Al final, un estilo de vida saludable, con el ejercicio integrado, puede traer muchas cosas buenas. ¿Y que cualquiera pueda correr un maratón? Pues, preparándoselo de manera profesional, seguramente sí. Aunque yo lo que diría que es súper importante es hacerse un chequeo médico. Y ya no solo para un maratón, sino para cualquier tipo de actividad física, porque puede haber problemas subyacentes que no hayan sido detectados antes y que, al someter al cuerpo a demasiado estrés, salgan a la luz. Para esto, ecocardiogramas, un cardiólogo, una prueba de esfuerzo y un chequeo médico regular. Yo sí que insisto mucho en hacerlo, y muestro cómo me los hago.
Después de superar con nota los siete continentes, ¿cuál es el siguiente reto que tiene entre manos?
Me gustaría hacer Boston. Para un maratoniano, es como un gran hito completar las 'Six Majors', que son muy históricas. Ya he corrido cinco, y me queda la sexta. Cierro todo este círculo con Boston, el 21 de abril.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete